Ajo de oso como comestible
El ajo
de oso es rico en vitaminas. Pueden recogerse las hojas más tiernas antes de la
floración y utilizarse troceadas en ensaladas, guisos, sopas, verduras y
salsas.
Ajo de oso como medicinal
Las
propiedades medicinales del ajo de oso Allium
ursinum son similares a las del ajo tradicional de
cocina Allium sativum pero
con un aroma más suave. Es mágnifico para el sistema circulatorio en general,
para regular el colesterol, el azucar; como antiseptico frente a diversas
infecciones digestivas; como preventivo de tumores malignos del sistema
digestivo y para depurar, tonificar y desintoxicar el organismo.
No
obstante, el ajo de oso se emplea poco porque pierde buena parte de sus
propiedades al desecarlo, por lo cual se deben emplear las hojas frescas.
Para el
aventurero le será muy útil si se ve afectado por diarreas, gastroenteritis,
colitis y otras afecciones digestivas. En esos casos se puede consumir en forma
de ensalada.
Es muy
importante lavarla bien antes de consumirla, pues cualquier planta o fruto que
crezca cerca del suelo puede transmitirnos parásitos si ha estado en contacto
directa o indirectamente con heces de animales infectados.
Nombre común o vulgar:
Ajo de oso
Nombre científico o latino: Allium ursinum
Planta vivaz que presenta un bulbo blanco
amarillento de 2-3 cm de longitud, del que emerge un tallo desprovisto de
hojas.
El ajo de oso tiene unas propiedades
medicinales parecidas al ajo cultivado (allium sativum).
Indicaciones:
Depurativo, rubefaciente, hipotensor,
estomacal, antihelmíntico.
Propiedades comparables a las del ajo
común.
Se usa en forma de jugo para dietas
adelgazantes.
La esencia como rubefaciente en
enfermedades reumáticas.
Arteriosclerosis.
HABITAT
Descripción:
Es una planta perenne que alcanza los 30 cm de altura. Con un pequeño bulbo del que surgen las hojas basales, pecioladas, elípticas y
brillantes y el pedúnculo de una densa umbela. Sus largas hojas tienen un gran parecido al de la convalaria. Tiene olor aliáceo. Las flores son de color blanco y se producen en umbelas sostenida por un escapo de sección triangular que alcanza los 30 cm de altura. Florece en abril-junio.
Se le considera ideal para condimentar (junto con aceite de oliva), las ensaladas de
hojas y flores de diente de león.
Allium: nombre genérico muy antiguo. Las plantas de este género
eran conocidos tanto por los romanos como por los griegos. Sin embargo, parece que el término tiene un origen celta y significa "quemar", en referencia al fuerte olor acre de la
planta.5 Uno de los primeros en utilizar este nombre para fines botánicos fue el naturalista francés Joseph Pitton de Tournefort (1656-1708).
Cada primavera nace la esperanza de los
días de sol y de calor. Nos sentimos animados y de buen humor, nos alegramos
del primer verde y del júbilo de los pájaros y con el corazón abierto
percibimos en estos regalos la bondad del Creador. En vista de este rejuvenecer
de la naturaleza tendríamos que decidirnos a someternos a una cura primaveral
depuradora, cuyo efecto refrescante para nuestra salud no hay que tener a menos.
El Ajo de oso es uno de los primeros anunciadores de la primavera. Las hojas lanceoladas,
brillantes y de un verde llamativo, parecidas a las del Lirio de los valles, brotan
de un bulbo alargado cubierto de unas membranas blancas transparentes. El bohordo
liso y verde claro con las flores blancas agrupadas en forma de una bola
alcanza unos 30 cm. de altura. Esta planta sólo se cría en los prados húmedos,
ricos en mantillo, en las vegas sombreadas y húmedas y en los bosques de los Alpes,
debajo de los arbustos. Su fuerte olor a ajo nos revela la planta antes de
percibirla con la vista. Por este olor característico es imposible confundir
las hojas con las del Lirio de los valles o del venenoso Cólquico. Al principio
de la primavera en muchos bosques alpinos se ven por todas partes las hojas frescas
y verdes del Ajo de oso. Empiezan a salir en abril o mayo y a veces antes. La floración
es en mayo o junio. Poderosas virtudes curativas se ocultan en esta hierba medicinal
y se cuenta que los osos, después de su sueño hibernal también la buscan paralimpiarse
el estómago, los intestinos y la sangre.
En general se puede decir que el Ajo de oso
tiene las mismas propiedades que nuestro ajo común, sólo que aquél es mucho más
eficaz. Por eso es muy indicado para las curas primaverales depuradoras y para
mejorar las enfermedades crónicas de la piel.
Como el secado disminuye considerablemente
las virtudes medicinales de las hojas, hay que utilizarlas frescas para las
curas de purificación. Cortadas a pedacitos se pueden comer con pan y
mantequilla o se utilizan bien trituradas como condimento, sin hervirlas, para
enriquecer las sopas, patatas u otras comidas, donde normalmente se echa
perejil y otras hierbas finas. También se pueden consumir en forma de ensalada
o hervidas. En este último caso se mezclan con hojas de Ortiga para suavizar el
gusto fuerte que tienen cuando se preparan en grandes cantidades.
En abril y mayo, es decir antes de que
salga la flor se recolectan las hojas jóvenes; los bulbos se desentierran a
fines de verano o en otoño. Estos se pueden utilizar al igual que el ajo común.
Para las personas delicadas del estómago recomiendo el siguiente uso: picar las
hojas y el bulbo, cubrirlo todo de leche tibia y después de dejarlo en maceración
una o dos horas se bebe el líquido a sorbos. — Para poder gozar todo el año de
las virtudes del Ajo de oso, se prepara en casa una tintura (véase en Modos de
preparación). De ésta se toman cada día 10 ó 15 gotas diluidas en un poco de
agua, lo que constituye un buen remedio para fortalecer la memoria, prevenir la
arteriosclerosis y curar muchos otros males.El Ajo de oso actúa favorablemente
sobre el estómago y los intestinos. Combate tanto las
diarreas agudas y crónicas, aunque vayan
acompañadas de gases y cólicos, como el estreñimiento, lo mismo que se deba a
un espasmo interno como a la relajación de los intestinos. Los gusanos, incluso
las ascárides se expelen después de ingerir durante una cierta temporada Ajo de
oso. Una vez equilibrado el sistema digestivo, desaparecen también aquellas
molestias que suelen hacer sufrir a muchas personas ancianas o a gente muy
comedora, por relajación o hartura de los intestinos. También ayuda a curar los
trastornos cardiacos o el insomnio, causados por el estómago, así como las
molestias debidas a la arteriosclerosis o a la tensión alta de la sangre, como
mareo, presión en la cabeza y ansiedad. La tensión de la sangre se normaliza
lentamente.
El vino de Ajo de oso (véase en Modos de
preparación) es un remedio maravilloso para los ancianos que sufren de catarro
bronquial crónico y, en consecuencia, de dificultades respiratorias. Incluso en
casos de tos antigua facilita la expectoración y elimina la disnea. Asimismo
recomiendo este vino para combatir la tisis pulmonar y la hidropesía, de las cuales
padecen con frecuencia las personas de edad. Las hojas recién cogidas limpian también
los riñones y la vejiga y tienen un efecto diurético. Heridas de mala curación
se cicatrizan rápidamente untándolas con jugo fresco de Ajo de oso. Las
afecciones de los vasos coronarios también se mejoran El Ajo de oso es uno de
los mejores purificantes de la sangre, por lo que es muy eficaz para combatir
las impurezas crónicas de la piel. El herborista y médico naturista suizo, el padre
Künzle, no se cansa de elogiar esta planta: »Limpia todo el organismo, elimina
las sustancias tóxicas y los residuos impuros y malos, renueva la sangre,
destruye y expulsa las sustancias tóxicas. Las personas eternamente enfermizas,
los afectos de líquenes y
granos, los pálidos, escrofulosos o
reumáticos deberían apreciar el Ajo de oso como si fuera oro. Ninguna hierba
del mundo es tan eficaz para depurar el estómago, los intestinos y la sangre.
Los jóvenes florecerían como las rosas en el jardín y se desarrollarían como una
piña al sol.« — Künzle prosigue diciendo que conoce a familias enteras que
antes de consumir el Ajo de oso »estaban todos enfermizos, pendientes del
médico, llenos de erupciones y líquenes y tenían todo el cuerpo escrofuloso;
estaban pálidos como los muertos en la tumba, desenterrados por las gallinas« y
después de someterse a una cura prolongada de Ajo de oso, ese magnífico don del
Señor, se pusieron todos sanos y frescos.
MODOS DE PREPARACION
Como condimento: Las hojas frescas picadas
(como el perejil) se emplean para aliñar bocadillos, sopas, salsas, ensaladas y
platos de carne.
Tintura de Ajo de oso: Se trituran las hojas o los
bulbos de la planta y se llena una botella, sin apretar, hasta el gollete.
Después se cubre todo de un aguardiente puro de 38- 40° y se deja 15 días al
sol o cerca de la lumbre. Se toman de 10 a 15 gotas diluidas en un poco de
agua, cuatro veces al día.
Vino de Ajo de oso: Un puñado de hojas cortadas a
pedacitos se hierven brevemente en aprox. 1/4 I de vino blanco. Endulzado con
miel o jarabe se bebe de este vino unos cuantos sorbos distribuidos durante el
día
.
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