Descripción:
Epilobium parviflorum difiere de Epilobium
hirsutum en tener hojas cuneadas en su
base y débilmente dentadas, con flores más pequeñas depétalos muy mellados
rosa-morado pálido, de 6-9 mm. Tallo robusto, de pelo
lanoso, de hasta 75 cm Hojas oblongas a
lineal-lanceoladas, las superiores alternas. Florece en el verano.
Hábitat
y distribución:
Habita en lugares húmedos, en fuentes, cascadas de arroyos de montaña, en toda Europa, excepto Islandia.
Uso:
Esta planta medicinal fue popularizada por la
herborista austríaca Maria Treben a través de su libro Salud de la Botica
del Señor,
y actualmente se ha convertido en la hierba medicinal más usada y eficaz.
Estudios científicos recientes han comprobado la acción farmacológica de esta
valiosa planta que contiene una importante cantidad de compuestos polifenólicos, dentro de los
cuales se destacan losflavoneides .
Los elagitaninos oenoteina A y más
específicamente la B, presentan una acción antiademosa prostática, al
inhibir la actividad de la 5 alfareductasa y aromatasa, dos enzimas
involucradas en la etiología de la hiperplasia benigna de próstata. Los taninos presentan además
una acción astringente (cicatrizante).
La acción antiinflamatoria es debido al miricetin
3-0-beta-D-glucuronido que presentó experimentalmente una potente acción
antiflogística (más de diez veces superior a la indometacina) e inhibidora de
la síntesis de prostaglandinas (comparable a la
de la indometacina) .
Otros estudios del extracto fluido de epilobio
presentan una acción antitumoral in vivo como un aumento de las defensas
inespecíficas, una acción antibacterial, antiviral y una importante capacidad
antioxidante.
La disminución de los valores del antígeno
prostático en pacientes realizando el tratamiento con epilobio va acompañado de
la disminución del tamaño de la próstata y la desaparición paulatina de los
síntomas anteriormente descriptos.
·
La planta tiene multitud de efectos beneficiosos tales
como acciónantitumoral, aumento
de las defensas, acción
antibacterial, antiviral y una importante capacidad antioxidante, aunque
ésta última no ha sido probada en humanos. También a partir de estudios
realizados se ha probado que no presenta toxicidad importante ni riesgo de
mortalidad.
·
Se le atribuyen a los taninos propiedades astringentes (cicatrizantes yantiinflamatorias) además
de actuar de forma inhibidora ante ciertas enzimas relacionadas con la hiperplasia
prostática benigna, ayudando de esta manera a que el tamaño de la
próstata no aumente, e incluso disminuya, impidiendo que ésta comprima la
vejiga y la uretra.
·
La pectina es utilizada en medicina como absorbente
intestinal. Además se le han atribuido algunos efectos
beneficiosos para la prevención
del cáncer, sobre todo colorrectal,
incluso efectos inhibidores sobre alguna proteína (galectina-3) que
facilita la dispersión de las células cancerosas en el organismo. Tanto la pectina como el mucílago,
también utilizado en medicina como excipiente, ayudan
a la absorción por parte del organismo de los principios activos de la planta.
·
Es por tanto, el epilobium parviflorum, una planta que
presenta importantes beneficios para los problemas de próstata que
muchos hombres presentan a cierta edad, así como otras propiedades y
aplicaciones debido a sus efectos antiinflamatorios.
Utilizado para combatir diarreas, gastrointeritis y
otras inflamaciones de la mucosa digestiva, e incluso externamente para el
tratamiento de dermatitis, faringitis, problemas
bucales y algunas heridas y úlceras
superficiales. Se puede tomar en infusión, extracto o aplicándola
como ungüento sobre la piel, dependiendo de la necesidad de cada persona.
Fácil de encontrar de forma natural y no exigente en
cuidados para su cultivo,tenemos en el Epilobium
parviflorum otro regalo de la naturaleza para nuestra salud y bienestar.
De un padre de familia recibí una vez una
carta en la que ponía estas palabras: »Le suplico de rodillas que me indique un
camino para recuperar mi salud y devolverle a mi familia, que sufre, igual que
yo, un padre sano.« Primero me había descrito su vía crucis:
En 1961 se agudizó una inflamación crónica
de la próstata, después de haberse bañado en agua radioactiva. Lo mandaron de
un hospital a otro, sin que ningún médico se decidiera a operarlo; estaba
desesperado. Cada evacuación del vientre iba acompañada de sangre y pus. La
gran cantidad de medicamentos que tomaba le causaron úlceras duodenales, la
destrucción de la flora intestinal y una grave insuficiencia hepática. Estaba más
cerca de la muerte que de la vida y finalmente el médico le ordenó que se
dejara de tomar todos los medicamentos. Después lo operaron, según escribió,
con »bisturí eléctrico«. Pero a pesar de la operación la inflamación no se le
había quitado. Tabletas e inyecciones empeoraron nuevamente su estado de salud.
Finalmente tomó infusión de Ortiga y de
Epilobio, lo cual mejoró su enfermedad hasta tal punto que hoy ya puede ir al
trabajo. Quizás este padre de familia tan probado no hubiera tenido que sufrir
este calvario si hubiera conocido a tiempo el Epilobio de flor pequeña, que
cura radicalmente todas las afecciones de la próstata. El Epilobio, que hasta
hace poco se desconocía como planta curativa y tampoco se mencionaba en ninguno
de los herbarios comunes, ha conseguido un éxito triunfal como remedio vegetal
contra las enfermedades de la próstata sólo desde su presentación en la primera
edición de mi folleto »Salud de la Botica del Señor«. En muy poco tiempo se ha hecho
famoso dentro y fuera de Europa, sobre todo por haber curado a tantos
prostáticos. Últimamente ya aparece en los herbarios y en revistas
especializadas. Sin embargo existe una cierta inseguridad debido al gran número
de variedades de esta planta.
Las siguientes variedades se pueden
considerar como curativas: El Epilobio de color rosa (Epilobium roseum), el
Epilobio de flor pequeña (Epilobium parviflorum), el Epilobio de montaña (Epilobium montanum), el Epilobio
verdescuro (Epilobium obscurum), el Epilobio lanceolado (Epilobium
lanzeolatum), el Epilobio de colina (Epilobium collinum), el Epilobio de
pantano (Epilobium palustre), el Epilobio de guijo (Epilobium fleischeri), el Epilobio
de los Alpes (Epilobium anagallidifolium).
Los Epilobios curativos se pueden
identificar a través de su flor pequeña de color rojizo, rosa pálido o casi
blanco. Esta parece estar clavada en la punta de una vaina (de cuatro valvas)
alargada y delgada que al secarse y abrirse despide infinitas semillas
coronadas por sendas mechitas de pelo blanco algodonoso. En el Tirol se conoce
el Epilobio con el nombre de »Cabello de mujer«. De las mencionadas variedades
medicinales se recolecta la hierba entera, es decir el tallo, las hojas y las
flores, procurando cortar la planta a media altura (se deja romper fácilmente)
para que puedan desarrollarse renuevos. La hierba recién cogida se corta a pedacitos.
De la infusión de Epilobio se beben incluso en los casos más graves sólo dos tazas
al día, a saber, una por la mañana en ayunas y la otra por la noche. Pero esto
no quiere decir que uno pueda ahorrarse el ir al médico. Es imprescindible
consultarlo cuando se trate de enfermedades graves.
Existen dos variedades de Epilobio que
jamás deben ser recolectadas, pero que tampoco se confunden fácilmente con las
de flor pequeña. Se trata de la Hierba de San Antonio (Epilobium hirsutum) y
del Epilobio de bosque (Epilobium angustifolium). La primera tiene flores de
unos 2 cm. de anchura, de color purpúreo. Crece en los matorrales a orillas de las
acequias y de los arroyos y puede alcanzar 150 cm. de altura; los tallos y las
hojas son carnosos y están cubiertos de un vello muy suave. Richard Willfort,
el conocido fitobiólogo austriaco, que sí que conocía el Epilobio como planta
medicinal, dice en su libro que el Epilobio de flor pequeña se puede confundir
con la Hierba de San Antonio; ésta se hace mucho más alta, tiene las hojas y
los tallos carnosos y las flores cinco veces más grandes que aquella, pero
produce el efecto contrario. El Epilobio de bosque alcanza una altura de 150
cm. y se cría en los claros y linderos de los bosques, en los desmontes y sobre
todo donde crecen los frambuesos salvajes. Las grandes flores purpúreas están
agrupadas en largos racimos piramidales sobre un tallo rojizo. Se presenta en
abundancia formando durante la floración verdaderas llanuras ardientes. Este
Epilobio no vale para combatir las afecciones de la próstata. Siendo yo todavía
muy joven murió mi suegro, en la flor de su vida, de una hipertrofía de la
próstata. Un vecino nuestro, muy instruido en la ciencia de las hierbas
medicinales, me enseño entonces el Epilobio de flor pequeña y comentó: »Si su
suegro hubiera tomado infusión de esta planta estaría hoy aún en vida. ¡Grávese
esta planta en la memoria! Usted es todavía una mujer joven y podrá ayudar a
muchos con ella.« Pero como suele suceder cuando uno es joven y está sano, no
le hice mucho caso a esta hierba. Sin embargo mi madre sí. Ella la recolectaba
cada año y ayudaba a muchos enfermos de la vejiga y de los riñones. La eficacia
curativa de esta planta es tal que muchas veces quita instantáneamente las
molestias debidas a las afecciones de la próstata. Ha habido casos en que
hombres que ya estaban a punto de operarse y expelían la orina a gotas,
sintieron alivio después de tomar una sola taza de infusión de Epilobio. Está
claro que para conseguir una curación total hay que tomar la infusión durante
un período.
Mi madre me contó el caso de un hombre que
se había operado tres veces — cáncer de la vejiga clínicamente demostrado — y
que se encontraba en condiciones físicas deplorables. Yo le aconsejé que
bebiera infusión de Epilobio. A través de su médico me enteré más tarde de la
curación del enfermo. Esto sucedió en un tiempo en que yo todavía no me
dedicaba a las plantas medicinales. Aquella curación me causó una impresión profunda.
Mi madre me advirtió que si ella una vez muriera, no olvidara nunca de recolectar
en verano esta planta. El día de la Candelaria de 1961 falleció mi querida madre
y aquel año me olvidé dé coger Epilobio. En otoño del mismo año supe en la consulta de
mi médico que un conocido mío se encontraba sin ninguna esperanza en el
hospital con cáncer de la vejiga. »i No«, exclamé, »un hombre tan bueno no debe
morir!« Me acordé del Epilobio, pero el médico, aunque no era contrario a las
plantas curativas, dijo que en ese caso ya no había remedio. Pero como había
olvidado de recolectar la hierba me entró un pánico al pensar que a mediados de
octubre la planta estaría ya sin flor y seca. No obstante me fui a buscarla. Me
acordé de un sitio donde la había visto florecer en verano. Aunque allí sólo
encontré ya unos tallos amarillos, los cogí y se los mandé cortados a pedacitos
a la mujer del pobre enfermo. Este empezó a tomar dos tazas diarias, una por la
mañana y otra por la tarde y al cabo de 15 días me llamó el médico por teléfono
diciéndome que el enfermó había mejorado considerablemente y añadió riéndose:
»Con que tú hierba ayuda, ¿eh?« Desde entonces he podido ayudar a centenares de
personas, tal como me lo había sugerido el anciano de mi pueblo: »¡Grávese esta
planta en la memoria! Usted podrá ayudar a muchos con ella. «
Un farmacéutico de Munich me enseñó una
antigua farmacopea según la cual por 1880 el Epilobio todavía se citaba
oficialmente. Medicamentos químicos suprimieron por completo su uso. Pero a
través de mis conferencias, excursiones botánicas y publicaciones, el Epilobio
ha vuelto a ser apreciado en todas las capas de la población. Mis sugerencias
tienen gran resonancia en muchas personas, ya que por dondequiera que pase con
mi marido en nuestros paseos, sea en las montañas, por los caminos de los
bosques, a orillas de arroyos o en desmontes, incluso en las colinas cercanas a
Linz, observamos con gran satisfacción que la gente ha arrancado cuidadosamente
el tallo central de la planta. Quien conoce esta hierba medicinal la estima y
procura no estropearla para que no se extinga. Recolectándolo debidamente, el
Epilobio se renueva dos o tres veces. En primavera brota del rizoma una nueva
planta.
Por las cartas que recibo me entero con gran
placer de que el Epilobio de flor pequeña se cría en muchos huertos entre las
fresas, las verduras y los arbustos. Antes se arrancaba como hierba mala. ¡A
cuántos infelices hubiera podido devolver la salud y el ánimo de vivir! Hace
poco pude ayudar a un sacerdote afectado de cáncer de próstata y de vejiga a
quien los médicos tenían por incurable. Hoy ha recuperado sus fuerzas y puede
dedicarse plenamente a su oficio. Una señora de la Selva Negra me escribe lo
siguiente: »Mi cuñada tuvo como consecuencia de un tratamiento del bajo vientre
con rayos, lesiones en los intestinos y en la vejiga. Le dieron tan fuertes
dolores de vejiga que el médico tuvo que darle morfina para calmarlos.
Finalmente nos decidimos a buscar, con ayuda del dibujo en ,Salud de la Botica
del Señor' el Epilobio de flor pequeña; lo encontramos y después de tomar la
enferma durante una semana la infusión desaparecieron los dolores. ¡ Estos son
los milagros de la farmacia de Dios!« Con el Epilobio de flor pequeña se curan
muchos prostáticos, a veces sin tener que operarse. En los casos donde ya se
haya operado, el Epilobio elimina el escozor y las otras molestias
postoperatorias. Pero en cada caso es imprescindible consultar al médico.
Desde Coburg me escribe un prostático
reconvaleciente: »El Epilobio de flor pequeña me ha ayudado a curar mi
próstata. Estando en el hospital como consecuencia de un infarto de corazón
tuve problemas con la próstata, y como mi corazón enfermo no permitía ninguna
clase de operación, me dijeron que si empeorara tendrían que introducirme una
sonda permanente. En eso me alcanzó la noticia del maravilloso Epilobio de flor
pequeña, que había ayudado a tantos en casos semejantes. Empecé a tomar tres
tazas diarias; en pocos días se fueron todas las molestias prostáticas. De
momento sigo tomando dostazas por día para conseguir una curación completa. A
Nuestro Señor le doy las gracias de todo corazón y deseo que usted, señora
Treben, pueda socorrer con el Epilobio a muchas personas en estos trances
difíciles. Es increíble lo que consiguen las hierbas medicinales del Señor
donde la medicina clásica fracasa. «
MODOS DE PREPARACION
Infusión: Se echa 1/4 I. de
agua hirviendo sobre 1 cucharadita repleta de hierbas y se deja un poco en
reposo. Sólo se toman 2 tazas diarias, una por la mañana en ayunas y la otra
media hora antes de la cena